LOS CUIVA


El pueblo Cuiva pertenece a la familia lingüística Guajiba, que se denomina a sí mismo Jivi (gente) en el territorio venezolano y Jivi Wamone (gente familia) en el territorio colombiano. Habitan las sabanas limítrofes entre Venezuela y Colombia. En Venezuela se encuentran localizados al suroeste de la región llanera del estado Apure, específicamente en la margen derecha del alto Capanaparo, aproximadamente a unos 30 kilómetros del pueblo de Elorza, en los asentamientos conocidos como Barranco Yopal y El Paso, desde donde se movilizan constantemente recurriendo a la instalación de campamentos temporales que ubican entre la región comprendida entre los ríos Capanaparo, Riecito, Meta, Cinaruco, Caribe, Arauca y la población de Elorza (Coopens, 1975; Hurtado & Hill, 1987).

En territorio colombiano, los Cuiva están emplazados al noreste de la región llanera, en el resguardo de Caño Mochuelo, ubicado en el departamento de Casanare, donde conviven con miembros de otros grupos indígenas de la misma familia Guajibo, entre ellos los Amorua, Sikauni y Yamaleros. La familia lingüística guahiba está compuesta por diversos subgrupos lingüísticos que incluyen a los Sikuani, Cuiva, Yamalero o Guahibo playero. Maciguare, Macaguan , Amorua y Sirupus. Tradicionalmente, los Cuiva utilizan como vivienda temporal la casa indígena localizada en Cravo Norte, en el departamento del Arauca y mantienen campamentos temporales en áreas adyacentes a los ríos Casanare, Ariporo y Meta (Coopens, 1975; Hurtado & Hill, 1987; Sumabila 1985, 2005).

La cosmología Cuiva explica el mundo a partir de tres horizontes superpuestos reflejo de su mundo real: un nivel bajo (el agua), uno medio (la tierra), y uno alto (el cielo, las nubes). En cada horizonte o nivel es posible la vida de los Cuiva, ya que se consiguen en estos, un ambiente de sabana y un ambiente de río (arenales) con elementos de la flora y la fauna, propios del llano. La Cuiva del “otro mundo” no incluye ningún lugar distinto al reino del “cielo, de la abundancia y la felicidad”, tal como podría ser el purgatorio o el infierno para los católicos. Se refieren a su origen y a su territorio ―en conjunto con el de algunos pueblos indígenas vecinos― como un lugar geográfico específico procedente de debajo de la tierra y donde un grupo de ellos, viven lejos del lugar donde tuvieron origen, apremiados por la migración y la presencia de los criollos en su territorio (Sumabila 1985, 2005).

Aunque los Cuiva, al igual que los Pumé, han sido afectados por la expansión criolla y por diversos programas gubernamentales mal implementados, hasta el presente, se han mantenido como cazadores y recolectores. En el año 2001 la población Cuiva alcanzaba a 1050 personas, 450 en territorio venezolano y 600 en Colombia. El crecimiento demográfico de este grupo étnico se ha visto afectado en los últimos 30 años por una serie de enfermedades asociadas a las nuevas condiciones de vida impuestas a través del proceso forzado de sedentarización al que ha sido sometido (Coopens, 1975; Hurtado & Hill, 1987; INE, 2001; Sumabila 1985, 2005). Así mismo, estos factores han incidido en que parte de su población, trabaje como mano de obra agrícola en hatos criollos, pasando a formar parte de una población en condiciones de pobreza en el ámbito rural, lo que ha traído como consecuencia, el desmejoramiento de su calidad de vida (Hurtado & Hill, 1987; Sumabila 1985, 2005).

Es conocida la situación de persecución y racismo sufrido por los Cuiva durante décadas de parte de la población criolla, sustentada en un infortunado interés por las tierras ocupadas ancestralmente por este pueblo indígena, junto a los Pumé (Yaruro) y los Jivi (Guajibo). Son frecuentes los testimonios que narran cómo los Cuiva, en los dos siglos pasados, fueron objeto de masacres llevadas a cabo por colonos, actividad conocida como Guajibear o Cuivear (cazar Guajibos o Cuivas) y común por largo tiempo en esta zona. Tristemente célebre fue la matanza del pueblo Cuiva acaecida en el hato de la Rubiera en 1967, pero más lamentable fue que posterior a esta fecha, siguieron siendo masacrados por los dueños de hatos y peones criollos, sin que las autoridades locales y nacionales, se inmutaran ante este hecho (Mosonyi & Jackson, 1990; Sumabila, 2005).

Muy a pesar de todas las paradojas territoriales, ambientales y socioculturales que ha tenido que enfrentar, el pueblo Cuiva persiste en mantener (literalmente, más allá de la esperanza) en pie su población y su cultura!!!!

SGR, 2010.

Comentarios

Alejandro Álvarez Iragorry ha dicho que…
Menos mal que tengo esta excelente profesora de temas de antropología en los que disfruto hacer turismo de vez en cuando. Felicitaciones.
Silvia Gómez Rangel ha dicho que…
Gracias Alejandrinho!!!! Tus comentarios siempre son un aliciente.
Jorge Alberto Tamayo ha dicho que…
Profesora:

Soy antropólogo en Colombia y en la actualidad estoy desarrollando un trabajo con el Ministerio de Educación que ayude la pervivencia cultural de los pueblos Hitnü y Macaguán en el Departamento de Arauca. Tenemos una inquietud. Esos dos pueblos se encuentran también en Venezuela? La tradición oral de los Hitnü dice que vienen de allí. De estos solo quedan 500 personas, pero aún mantienen vivo su idioma y cultura. Los Macaguán, en cambio, de quienes quedan 1.000 personas, han vivido un proceso de aculturación muy fuerte y su idioma prácticamente no existe. Qué podríamos encontrar de ellos en Venezuela? Le agradeceríamos cualquier información.
Silvia Gómez Rangel ha dicho que…
Estimado Señor Tamayo. Con todo gusto indagare al respecto y le daré una pronta respuesta. Podría darme su correo electrónico? Mi correo es silviagomezrangel@gmail.com
Silvia Gómez Rangel ha dicho que…
Señor Tamayo!!
En relación a los Hitnü, no tengo referencia de ellos en Venezuela. Los macaguane sí están referidos en el Orinoco, en la región que Acosta Saignes menciona como El Gran Airico. En esa zona multiétnica convivian, entre otros, con los arawakos Achagua y los Piapoco y se relacionaban con los jivi y chiricoas, incluso con los Chinacota del Táchira. El Padre jesuita Juan Rivero quien misionó en el Orinoco entre 1720-1736, tiene información linguística sobre este pueblo.
Sería bueno que consultara también los trabajos de la antropóloga Silvia Vidal sobre la etnohistora de los Piapoko, allí hay buena data. También, debe revisar la obra de los Morey sobre la etnohistoria de los Llanos Colombo.Venezolanos.
Espero haber podido ayudarle en algo.

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