El cerro Ávila


El cerro Ávila o “Guaraira ripano” en lengua de los pobladores indígenas del valle de Caracas; cuya traducción corresponde a “sierra grande” de acuerdo a don Juan Pimentel (1578) o también el “lugar de las dantas” (wariarepano o wairarepano) según Bruno Manara (1998). Debe este cerro, su castellana nombradía al alférez mayor de campo, Gabriel de Ávila, quien fuera integrante de la expedición de Diego de Losada que arriba al valle de los Toromaymas y llegaría a ejercer el cargo de Alcalde ordinario de Santiago de León en 1573. El personaje de marras adquiere un lote de tierras en el piedemonte septentrional de la ciudad; las cuales, fueron señaladas como las “tierras de Ávila”, implantándose y explayándose el topónimo local a lo largo y ancho de la formación montañosa.
El Ávila presenta una forma alargada, en dirección E-W, con una extensión máxima de 86,5 km y ancho máximo de 16 km; siendo, desde el punto de vista fisiográfico, parte del tramo central de la Cordillera de la Costa, en el denominado Ramal o Cadena del Litoral. La figura de parque nacional (área bajo régimen de administración especial), creado el 12 de diciembre de 1958 (Decreto Nº 473), permite la conservación y protección de valores escénicos y bióticos de una superficie de 81.900 hectáreas; donde se reconocen ecosistemas como herbazales y arbustales litorales, bosques deciduos y siempreverdes y subpáramos arbustivos costeros. Así mismo, al menos 13 especies de aves endémicas o de distribución restringida; y algunas especies endémicas de las familias botánicas Rubiaceae, Melastomataceae y Sapindaceae; incluyendo a la pequeña población del nogal de Caracas (Juglans venezuelensis, Juglandaceae), localizada en el Camino de Los Españoles entre los 900 y 1.600 m sobre el nivel del mar. Diversos poetas y escritores han descrito y trovado a la montaña; entre ellos, José Antonio Pérez Bonalde (Vuelta a la patria); Santiago Key Ayala (Bajo el signo del Ávila); Antonio Arraiz; Francisco Pimentel, Job Pim (Urbanas); Manuel Díaz Rodríguez. De Aquiles Nazoa, Buenos días al Ávila:

Buen día, señor Ávila. ¿Leyó la prensa ya? ¡Oh, no…No se moleste: Siga usted viendo el mar, es decir, continúe leyendo usted en paz en vez de los periódicos el libro de Simbad.
S.G. 2007

Comentarios

Anastácio Soberbo ha dicho que…
Hola, me encanta el blog.
Lo siento no escribir más, pero mi español es malo escrito.
Un abrazo de Portugal

Entradas populares de este blog

RIO CATUCHE

LEYENDA DE LA ANTIGUAS MINAS DE ORO DE BARUTA

YERBA CARACAS, AMARANTO O PIRA?